Hacen reír con música y musicalizan el humor. Hoy a las 21 y 22 QV4 sube al escenario del teatro municipal Rosita Ávila (Las Piedras 1.550). Surgidos en la provincia, pisan fuerte en Córdoba, en el país y en el exterior. Hoy Agustín Pérez Albert y Daniel Saldaño cuentan premios y muchos chistes nuevos.
- Vuelven a Tucumán ¿cuánto hace que no vienen? Ya no extrañan ni un poquito desde que se hicieron refamosos en el Valle de Punilla.
- (Daniel Saldaño-DS) ¿Famosos? ¿Qué es eso?
- (Agustín Pérez Albert-APA) Mirá que la fama puede ser buena o mala...
- (DS) Volvemos en formato teatro. Proyectábamos gira por el NOA cuando comenzó el confinamiento y la postergamos. Te darás una idea todo lo que tenemos para mostrar al público.
- (APA) Pasamos dos temporadas en Carlos Paz con “QV4 Plan B” y “QV4... Nos encanta divertir”. Nunca estuvimos tanto tiempo sin venir. Cuando organizamos las giras lo primero es emocionarnos por los sánguches de milanesa, entre otros manjares.
- ¿Cómo se llama el show que traen y cómo lo describen? ¿Qué es lo nuevo y qué mantienen de “Plan B”?
- (APA) Presentamos “QV4... nos encanta divertir”, con algunos fragmentos de “QV4 Plan B” que nos parecen muy logrados.
- (DS) Cuando venimos a Tucumán siempre armamos algo especial. Más de una vez hicimos contenidos inéditos en música y humor que sabemos que el tucumano de raza va a valorar. Como diría el meme del Guasón: si no so tucumano... no lo entenderías. ¿Qué no? (risas). En “Qv4 Plan B” faltaba solo que voláramos en el escenario; mucha puesta, músicos, coristas, vestuario. Este nuevo espectáculo tiene una modalidad más concert, con un encanto y una conexión especial con el público.
- ¿Qué ritmo es el tema “Tucumano” y qué dice la letra?
- (APA) “Soy un tucumano” es un tema al que le tenía ganas hace un montón, pero no tenía mucho quórum en las giras. Es una canzonetta italiana de Renato Carosone, que Brian Setzer convirtió en boogie woogie...
- (DS) Y que Agustín hizo pelota (risas). Yo insistía y lo único que tenía era la primera frase del estribillo: “Es que soy un tucumano, un tucumano” y me reía yo solo, entonces nunca avanzaba. Un día en pandemia, al despertar me salió la letra de un tirón; estaba lista antes de terminar el mate cocido con tortilla. La grabé, la subí de manera muy casera y explotó en las redes. Comenzamos el show con esa canción, en un ida y vuelta musical entre ambos y de alguna manera es una carta de presentación frente al público de todo el país reafirmando que somos tucumanos.
- ¿Cómo hacen dos tucumanos para hacer reír con tantas ganas a los cordobeses, supuestamente los reyes del humor argentino?
- (DS) Siempre lo decimos, nunca sentimos o nos hicieron sentir la presión de llevar nuestro humor a Córdoba. De hecho cuando llegamos éramos un intento de propuesta humorística. En lo musical siempre tuvimos claro lo que queríamos hacer, pero en el humor tuvimos la suerte de aprender con los mejores actores, directores y colegas cordobeses.
- (APA) Admiramos mucho a Les Luthiers. Hoy, después de casi 25 años somos el resultado de muchos canales: el profesionalismo de Les Luthiers, el concepto de show de los cordobeses y la indiosincrasia del humor tucumano. Dejame mencionar a nuestro padre humorístico, el gran Armando Álvarez (tucumano) que nos hizo creer que era posible trascender el humor tucumano y llevarlo a otros países.
- ¿Cómo viene la agenda en temporada veraniega?
- (DS) Como suele pasar en años electorales, no hemos decidido; los primeros días de diciembre lo sabremos. Diremos presente en los festivales folclóricos del país, pero para el teatro habrá que esperar unas semanas.
- (APA) Por otro lado viene muy avanzada la producción de canciones propías, nuestro primer amor, la música. Qué mejor manera de festejar nuestros 25 años de trayectoria.